La cirugía de artroplastia de rodilla consiste, básicamente, en sustituir el cartílago (menisco) dañado junto al hueso degenerado de la articulación por una prótesis.

¿Cuándo se puede empezar a caminar tras la operación?
Cuánto antes. Actualmente, tanto cirujanos, médicos como los propios fisioterapeutas recomendamos el apoyo de la pierna (bipedestación) a partir de las primeras 24-48 horas tras la cirugía. Superadas las 48-72 horas ya se debería realizar ejercicios simples como caminar despacio con dos muletas y subir/ bajar algún escalón. Siempre en condiciones normales. Se debe evitar el sedentarismo a toda cosa. El frío local está indicado, por lo general.
Objetivo principal: Máxima estabilidad de miembro inferior + disminuir dolor de rodilla + buena movilidad funcional
El paciente debe trabajar diariamente con el/la fisioterapeuta y realizar los ejercicios prescritos por él/ella durante el resto del día.
Los factores determinantes del alta hospitalaria son:
- Herida operatoria correcta (sin complicación que altere el proceso de rehabilitación).
- Flexión activa de la rodilla de al menos 70-80º.
- Capacidad de marcha independiente (con asistencia de 2 muletas) por todo tipo de terreno.
- Ser independiente para las actividades de la vida diaria.
Estabilidad
La estabilidad de la rodilla se conseguirá incidiendo en la musculatura anterior (cuádriceps) y posterior (isquiotibiales). Para ello, se podrá trabajar en cadena abierta (estática, dinámica, concéntrica y excéntrica) y en cadena cerrada.
El trabajo muscular en piscina es muy interesante ya que no existe impacto sobre la articulación, pero no se debe realizar hasta que la cicatriz no se haya cerrado por completo para evitar infecciones.
Rehabilitación funcional. Prótesis de rodilla
Poco a poco se debe conseguir una flexión y extensión similar a la de la otra rodilla. Para ello, desde el día 1 post-operación, el fisioterapeuta movilizará la rodilla de forma pasiva-asistida. Poco a poco y día tras día, debe aumentar el rango de movilidad de la articulación.
Por norma general, el fisioterapeuta tiene que volver a enseñar al paciente a caminar, ya que se deben corregir diferentes fases de la marcha. El buen manejo de las muletas evitará malas posturas y futuras lesiones. Se debe incidir sobre el apoyo del talón antes que los metatarsos para conseguir la extensión de rodilla ideal, así como en mantener el peso en la rodilla afectada durante la fase de apoyo.
Existen otros aspectos importantes en la rehabilitación de la marcha. Por ejemplo, si el paciente ya solo está caminando con una sola muleta, debe saber que esta debe estar en el lado contrario a la rodilla lesionada y que ambas deben apoyarse en el suelo de forma simultánea.
Existen elementos que mejoran nuestra calidad de vida mientras realizamos una readaptación a nuestro día a día:
Aspectos importantes a tener en cuenta
Es muy importante trabajar la extensión de rodilla desde un primer momento (de forma pasiva). Posteriormente, de forma activa y resistida.
Regla del no dolor en primeras movilizaciones.
- Se deben respetar los grados de la articulación. ¡No forzar nunca!
- La rótula (articulación femoropatelar) se tiene que movilizar en todas las direcciones para evitar adherencias y futuras complicaciones. Se debe lograr el ascenso de la rótula de forma activa por el paciente para conseguir más tarde la activación del cuádriceps.
- No debemos olvidarnos de la articulación ni musculatura del tobillo. También se debe movilizar (pasiva o activamente) y fortalecer posteriormente la musculatura implicada
Durante las primeras semanas, siempre se trabajará la marcha mediante muletas. Tras recomendación del fisioterapeuta o médico, se podrá retirar una de ellas y, posteriormente, la otra.
Tienes más información sobre la artroplastia de rodilla, causas, motivos y fisioterapia en este post:

Resumen y ejercicios recomendados en la rehabilitación tras una operación de implante de prótesis de rodilla